Los modelos, o mapas, de color se emplean para describir y clasificar los colores que vemos y trabajamos. Estos modelos de color pueden ser dependientes de dispositivo, es decir, que describen los colores que puede representar un dispositivo concreto, o bien independientes de dispositivo, o sea, capaces de ser leídos e interpretados por cualquier dispositivo.
ESTÁNDAR CIE XYZ
Este modelo, independiente de dispositivo, fue diseñado en 1931 por la Comisión Internacional de la Iluminación (CIE) para describir el color, acorde con la manera en que un observador humano estándar lo percibe.
El modelo de color CIE XYZ se interpreta en un gráfico llamado Diagrama de Cromaticidad CIE, que representa el conjunto de colores que el ser humano puede potencialmente visualizar (colores del espectro visible), en el que cada color absoluto está representado matemáticamente a través de 3 coordenadas X, Y y Z, para la luminosidad.
Aunque no se utiliza como modelo de color en los programas de edición de imágenes, es la base de la mayoría de los sistemas de gestión de color.
MODELO HSB
Aunque está presente en el selector de color de Photoshop, el HSB no es un modelo de color válido para editar imágenes fotográficas, pero nos ayudará a identificar los atributos visuales de un color.
Está basado en el modo en que el ojo humano percibe el color, por tanto, se trata del modo más "natural", y atiende a tres características funda-mentales: el tono, la saturación y el brillo.
El Tono o matiz (Hue): Es lo que habitualmente llamamos "color". Es en definitiva la longitud de onda dominante del color que vemos ya que, si vemos un color amarillo, éste no será puro, sino una mezcla con cierto tono dominante. De la misma manera, el tono dominante del color morado es el azul. En este modelo de color, el tono se mide en grados de 0 a 360 según su posición en la rueda de color.
La Saturación (Saturation): Es el grado de pureza del color observado y hace referencia a su intensidad. Cuanto más saturado un color, más intenso. En cambio, cuanto menos saturado, menos intenso. Un color desaturado dará un gris. Se mide en términos de porcentaje de 0% a 100% (saturación máxima).
El Brillo o luminancia (Brightness): Consiste en la claridad u oscuridad relativa a cada tono de color. Un color cuyo brillo es elevado, será un color claro, y un color cuyo brillo es bajo será un color oscuro. Se mide también en porcentaje de 0% (negro) al 100% (blanco). La luz blanca no tiene matiz (no tiene color), pero tiene brillo.
MODELO LAB
Este modelo de color se utiliza como principal referencia en los sistemas de gestión de color y fue diseñado por la CIE para describir el color con tres canales: L (luminosidad), a (eje de oposición entre verde y rojo) y b (eje de oposición entre azul y amarillo).
Como el modelo XYZ, el modelo LAB se basa en la percepción humana del color y se utiliza como referencia a la hora de convertir los valores de colores entre diferentes dispositivos, utilizando los valores absolutos de los colores como base común, sin que afecten a la representación del color las características de cada dispositivo.
SÍNTESIS ADITIVA DE LOS COLORES
Los colores obtenidos directamente de manera natural, por descomposición de la luz solar o de manera artificial, mediante focos emisores de luz de una longitud de onda determinada, se denominan colores aditivos.
No es necesaria la unión de todas las longitudes del espectro visible para obtener el blanco, ya que si mezclamos solo rojo, verde y azul obtendremos el mismo resultado. Es por esta razón que estos colores son denominados colores primarios, porque la suma de los tres produce el blanco. Además, todos los colores del espectro pueden ser obtenidos a partir de ellos.
En el punto donde se superponen dos colores primarios, se crean, a su vez, los colores secundarios: cian, magenta y amarillo. En el punto central, donde se superponen los tres haces de luz, aparece el color blanco.
Como en inglés el color rojo se denomina “Red”, el verde “Green” y el azul “Blue”, el proceso de síntesis aditiva generalmente se identifica por medio de las primeras letras de esas palabras: “RGB”; en algunos textos pueden aparecer traducidas como “RVA”, correspondiente a las iniciales de esas mismas palabras en español.
MODELO RGB
Este modelo se basa en el principio de la síntesis aditiva, en el cual el rojo, verde y azul son combinados de diferentes formas para crear los colores del espectro visible.
El modelo de color RGB no define por sí mismo los colores rojo, verde y azul y por tanto, los mismos valores RGB pueden mostrar colores distintos en diferentes dispositivos que utilizan este modelo para representar el color.
Por esta razón, el modelo RGB se denomina "dependiente de dispositivo", es decir, que cada uno de los dispositivos que lo utiliza enseñará los colores de una manera u otra. Aunque utilicen el mismo modelo de color, sus espacios de color son diferentes.
Las cámaras digitales, respaldos digitales, escáneres, proyectores y monitores utilizan el modelo RGB para reproducir el color como luz emitida. A cada píxel de imagen se le asigna un valor de luminosidad comprendido entre 0 y 255, para cada color RGB. El negro tiene como valores 0, 0, 0 (si no hay luz, obtenemos el negro) y el blanco tiene como valores 255, 255, 255.
Si los tres valores RGB son idénticos, obtenemos un gris (128, 128, 128 para el gris medio). El rojo se describe con los valores 255, 0, 0; el verde con los valores 0, 255, 0 y el azul con los valores 0, 0, 255.
Los otros colores del espectro visible se obtienen mezclando el rojo, verde y azul en proporciones variables, por ejemplo los valores R 216, G 170, B 31 describen un color naranja (para un dispositivo concreto).
SÍNTESIS SUSTRACTIVA DE LOS COLORES
La forma más común de percibir los colores de los objetos se basa en la absorción o sustracción que hacen todos ellos de una parte de las frecuencias del espectro electromagnético que compone la luz blanca, o de todas sus frecuencias.
Cuando observamos un objeto con determinado color, lo que percibe nuestro sentido de la vista son solamente las ondas correspondientes a las frecuencias de color o colores que éste refleja. La otra parte de las ondas las absorbe o sustrae el propio objeto y, por ello, no las vemos.
El proceso de absorción de los colores por la superficie de los objetos recibe el nombre de “síntesis sustractiva”. Esta síntesis sustractiva también se manifiesta cuando mezclamos los llamados “colores secundarios", es decir, cian, magenta y amarillo.
Es muy común encontrar las siglas CMYK, (abreviatura de las palabras en inglés Cyan, Magenta, Yellow y blacK) para referirse a la tecnología de impresión por cuatricromía, es decir, por cuatro colores.
Si dibujamos tres círculos y los rellenamos con pintura acrílica (transparente) de los tres colores secundarios, se podrá observar que la mezcla del color magenta con el amarillo forma rojo; la de cian con amarillo forma verde; la de cian con magenta forma azul y donde se superponen los tres colores se forma el color negro (ausencia de luz), pues en ese punto todas las frecuencias del espectro de luz blanca se absorben y no las vemos.
La síntesis sustractiva de colores secundarios para obtener diferentes tonalidades de su mezcla, la emplea el hombre desde tiempos remotos, comenzando por las más primitivas pinturas rupestres que hacían nuestros antepasados, hasta los modernos cuadros contemporáneos. Es el mismo proceso que se emplea para pintar muebles, paredes de viviendas, edificios, etc., así como para imprimir textos e imágenes de color en imprenta, impresoras láser y de chorro de tinta.
MODELO CMYK
Modelo basado en el principio de la síntesis de los colores sustractivos, en el cual el cian, el magenta y el amarillo se mezclan, en propor-ciones, para reproducir los colores. Es el modelo utilizado por los sistemas de salida que imprimen mediante tintas.
En teoría, si no se utiliza ninguna tinta, el resultado que obtenemos es el blanco (aunque dependerá del papel utilizado). En cambio, si juntamos los tres colores (cian, magenta y amarillo) en un porcentaje máximo, obtendremos el negro. En realidad, como las tintas que se utilizan en los sistemas de salida no son puras, se precisa añadir una tinta negra si queremos obtener un negro puro en las copias. En el caso contrario obtendríamos un marrón muy oscuro, pero no un negro.
Los valores de este sistema no van de 0 a 255, sino que se miden en porcentaje de color o tinta empleados. Como en el modelo RGB, el porcentaje de tinta utilizado para reproducir un color dependerá del dispositivo de salida que se utiliza, ya que el CMYK es un modelo dependiente de dispositivo.
LA RUEDA DE COLOR
La rueda de color es una representación gráfica de la relación que existe entre los colores primarios aditivos y sustractivos. En la figura podemos ver que los primarios aditivos y sustractivos son complementarios u opuestos. El complementario del Rojo es Cian, el Verde del Magenta y el Azul del Amarillo.
Si leemos la información de color en RGB, es fácil entender que un color cuyos valores son R-255, G-255, B-0, es amarillo (si no hay azul, es que hay amarillo, su color complementario).
Recordar esta regla puede ser útil a la hora de corregir el color con Photoshop. Por ejemplo, si tenemos un dominante verde en una imagen, añadiendo magenta en una proporción adecuada, desaparece el dominante cromático y se neutralizan los colores.
Cualquier aplicación de retoque de imágenes, trabajando en RGB, añadirá color a una imagen, rebajando su complementario; para aumentar el verde, rebajaremos el magenta.
Ya hemos visto en la figura del Modelo HSB, que el tono (color) en este sistema o modo de color se mide en grados de 0 a 360, según su posición en la Rueda.
ESPACIOS DE COLOR
Sabemos que el espectro visible de colores está definido por la capacidad de nuestra vista para captar y reconocer la información cromática, pero el espectro es mucho más amplio de lo que cualquier sistema puede administrar. Por lo tanto, aquello que llamamos espacio de color justamente es la porción del espectro de color que usaremos, definido por una norma.
El espacio de color funciona de manera parecida a la paleta de un pintor. Un espacio de color tiene su propia paleta de colores definidos y limitada. La cámara, el monitor, la impresora y otros dispositivos deberían estar todos configurados en el mismo espacio de color, para evitar resultados finales con coloraciones extrañas.
Así, en el modelo de color RGB, es decir, basándonos en los canales primarios en la formación del color a través de la luz, existen dos espacios de trabajo, o espacios de color que aparecen como los más populares.
sRGB IEC61966-2.1
Fue definido por las empresas Hewlett Packard y Microsoft pensando fundamentalmente en Internet, ya que asume un promedio de la reproducción de los monitores de los usuarios en general.
ADOBE RGB 1998
Desarrollado por Adobe Systems Inc., está especialmente indicado para la edición de fotografías e imágenes de alta calidad y para su posterior conversión a CMYK.
Cabe reiterar que ambos se encuentran lejos de cubrir en su totalidad el espectro visible. De hecho el sRGB apenas abarca el 35% del mismo, y el Adobe RGB alcanza un 50%. Que el espacio de trabajo Adobe RGB sea más amplio que el sRGB, no quiere decir que este último no sirva para nada, todo depende del destino de nuestra fotografía.
Si pensamos hacer fotografías exclusivamente para la Web o para visualizar en pantalla de ordenador, sin intención de imprimir y siempre trabajaremos en 8 bits de color, con este espacio sRGB obtendremos un resultado correctamente “promediado”, para la visualización de la mayoría de los usuarios.
Por el contrario, si pensamos en imprimir nuestras fotografías y especialmente en trabajar a 16 bits, y realizar una edición de máxima calidad para múltiples propósitos, la recomendación es el espacio Adobe RGB 1998.
Sin embargo, y esto es importante, hay que recordar que aunque Adobe RGB es más amplio, no tiene más colores que sRGB. Ambos espacios, trabajando en 8 bits, pueden representar 16,7 millones de colores, sólo que Adobe RGB puede representar una gama más amplia de verdes, azules o rojos. Por tanto, el espacio entre cada tono de color es mayor en RGB que en sRGB, representándose en “saltos” más grandes, de un tono a otro.
Supongamos que sRGB pueda representar 6 tonos diferentes de naranja. Adobe RGB sólo podrá representar 3 tonos de naranja, pero a cambio llegará a 3 tonos de rojo que no existen en sRGB. Si volvemos a la explicación numérica, quizás resulte más sencillo de entender: la misma combinación numérica equivaldrá a un color diferente en RGB o sRGB.
Por ese motivo, porque RGB abarca una gama más amplia de colores (y en consecuencia ofrece un mayor margen de maniobra a la hora de editar las imágenes), se suele recomendar utilizar Adobe RGB como espacio de trabajo en Photoshop.
ESPACIO DE COLOR EN LA CÁMARA
Pero de poco servirá usar Adobe RGB como espacio de trabajo en Photoshop, si no usamos el mismo espacio de color en nuestra cámara . Todos aquellos que usamos una réflex digital tenemos la posibilidad de determinar en la propia cámara el espacio de color que queremos asignar a las imágenes que disparamos. La mayoría de modelos ofrecen una opción de menú para especificar el espacio de color, aunque únicamente afecta a las imágenes en formato JPG.
Al disparar en RAW no es relevante la selección del espacio de color en la cámara. Dado que RAW es el formato “crudo”, podemos asignar libremente el espacio de color al abrir el archivo en el programa de edición de RAW.
Recordemos:
Cada imagen que sale de la cámara lleva incrustado un espacio de color, que puede ser sRGB o Adobe RGB. Las compactas digitales suelen tener una única opción: sRGB; sin posibilidad de cambio. En las híbridas y en las DSLR, podremos elegir.
Si guardamos las fotos de nuestra cámara como espacio de color Adobe RGB, el espacio de trabajo más adecuado en Photoshop es, igualmente, Adobe RGB. Por el contrario, si sólo manejamos imágenes sRGB, podemos usar sRGB como espacio de trabajo en Photoshop.
La consecuencia negativa del mayor tamaño del espacio Adobe RGB (esto no sucede si trabajamos con imágenes en 16 bits de profundidad de color) es que, si aplicamos cambios fuertes a una imagen Adobe RGB, al editarla, es posible que aparezcan problemas de bandas o posterización. Esto sucede porque Adobe RGB no puede representar tantos tonos intermedios como sRGB. Por su parte, dado que el espacio sRGB está más comprimido, ofrece una mayor gama de matices dentro de su limitación.
Vistos los pros y contras de ambos espacios de color, lo que debemos entender es que se trata de escoger un camino completo definido en un espacio desde el principio, ya que las cámaras digitales trabajan con uno determinado, y la edición y la publicación final también se definirán de la misma manera.
ESPACIO DE TRABAJO EN PHOTOSHOP
Si hemos elegido como espacio de color Adobe RGB en nuestra cámara, es sumamente importante que la edición la hagamos en el mismo espacio de trabajo. Para eso es necesario que configuremos Photoshop para que trabaje de igual modo.
Si desplegamos el menú Edición ► Ajustes de Color, se nos abrirá una ventana donde podremos elegir los espacios de trabajo.
ESPACIO DE TRABAJO EN IMPRESIÓN
El espacio de color de la impresora cumple un papel fundamental para reproducir los colores deseados. Recordemos que, si hablamos de impresiones, éstas se realizan en otro modelo de color, el CMYK, por lo que el archivo será convertido a este modelo y lógicamente cambiado su espacio de color.
Todas las impresoras vienen con un perfil ICC que se instala automáticamente al cargar los drivers de la misma. Lo que debemos hacer a la hora de imprimir en casa es convertir el perfil de nuestra imagen al perfil de la impresoras desde el menú Edición►Asignar Perfil en Photoshop, donde en Perfil, elegiremos el modelo de nuestra impresora de la lista emergente, justo antes de imprimir. Otra opción es hacer este paso desde el cuadro de diálogo en el menú de impresión en Photoshop. En principio, con esto suele ser suficiente para obtener resultados decentes, a falta del perfil ICC o ICM específico para la impresora y el papel en el que vamos a imprimir.
PERFILES DE COLOR
El Consorcio Internacional del Color (ICC en inglés), fundado por empresas como Adobe, Apple, Kodak, AGFA y Sun Microsystems, planteó las bases de la estandarización del color en la industria gráfica a través de la creación de perfiles ICC, utilizados por la mayoría de los sistemas operativos y programas informáticos de edición de imágenes.
Un perfil ICC o ICM es un archivo informático que describe matemáticamente la manera en que un dispositivo reproduce los colores. Los valores de los colores de cada píxel, almacenados en el perfil de una imagen son una información imprescindible para que un dispositivo concreto pueda reproducir correctamente estos colores.
El perfil contiene una tabla de valores con una doble información. Por una parte los valores numéricos (en RGB o CMYK) de cada color y por otra parte una equivalencia para cada color en un espacio de referencia (modelo Lab), independiente de dispositivo.
En el caso de la salida en papel, la cosa se complica y el perfil de color de salida depende de la impresora, de las tintas y del papel. Pero lo bueno de los perfiles es que nos permiten describir exactamente qué colores se pueden reproducir con ese dispositivo y nos permiten referenciarlos a colores conocidos.
Para entender mejor como se efectúa la conversión de un espacio de color a otro mediante perfiles ICC o ICM, imaginémonos dos dispositivos: uno de entrada (escáner o cámara), que tiene un espacio RGB y otro de salida (impresora), que tiene un espacio CMYK. En realidad cada dispositivo utiliza un modelo de color diferente, uno habla un idioma "RGB" y el otro habla idioma "CMYK".
Para que estos dos dispositivos se entiendan y se comuniquen, necesitarán un diccionario de referencia: el modelo Lab. Los valores Lab contenidos en el perfil de cada dispositivo se utilizarán como diccionario para traducir la gama de colores de un modelo a otro.
El traductor encargado de efectuar la conversión de un espacio a otro se denomina CMM (Color Matching Module) o Módulo de Conversión de Color. Un CMM es una aplicación informática que traduce la información de un espacio de color a otro, mediante la información contenida en los perfiles.
Aunque busquemos la mayor coherencia de color posible, puede que cambie el color de una imagen a la hora de imprimirla. La razón principal es que los sistemas de captación suelen tener unos espacios de color más amplios que los sistemas de salida. Si los colores presentes en la fotografía se encuentran dentro del espacio de color de salida, habrá pocos cambios de color y la copia impresa será fiel a los colores de origen.
La tarea se complica cuando hay colores que están fuera de la gama de destino, es decir, cuando un dispositivo de salida no puede reproducir unos colores, debido a sus propias limitaciones. En ese caso, cambiarán los colores y la manera en que se modificarán dependerá de la configuración de los ajustes de color de nuestro programa de edición de imágenes.
Como podemos observar, la fotografía digital sobrevive en la actualidad en un mundo informático de incertidumbre y falta de estandarización. El tema es delicado y las opciones, a menudo, se nos escapan de las manos. Posiblemente nos hayamos planteado esta cuestión: ¿para qué queremos una cámara con tanta gama tonal, si luego nuestra impresora o los laboratorios nos van a dar un resultado mucho más pobre?
La respuesta es que, en lo concerniente a nosotros, como fotógrafos, lo importante es disponer de todos los colores y niveles tonales posibles para editar las imágenes y evitar o minimizar, en la medida de lo posible, la degradación a que sometemos a la imagen al manipularla con los ajustes de un programa de edición.
Por otro lado, los laboratorios cada día van evolucionando para ofrecer un mejor servicio. Al día de hoy, ya hay laboratorios especializados que ofrecen copias de calidad excelente.
Nuestra tarea principal consiste en trabajar siempre con el espacio de color elegido, según nuestra conveniencia, y mantener periódicamente calibrado nuestro monitor con un calibrador de dispositivos.
Cualquier laboratorio mínimamente profesional nos facilitará los perfiles de color de los papeles fotográficos que utilice, para cargarlos en nuestro programa de edición. A partir de ahí, cada vez que queramos imprimir o positivar una foto en ese laboratorio, lo que debemos hacer es elegir el perfil adecuado de un papel desde el menú Vista ► Ajuste de Prueba ► A medida, eligiendo ► Dispositivo para simular, y Photoshop alterará el espacio de trabajo para ajustarlo al espacio de color de ese papel fotográfico. Dicho de otra manera: ¡hablará el mismo idioma!
Damos los últimos retoques a la imagen con ese espacio de color y llevamos los archivos al laboratorio en formato JPG o TIF de 8 bits, recordándole al impresor que queremos las imágenes en tal o cual papel.
Los plotter o impresoras de laboratorios profesionales trabajan a 8 bits de profundidad de color por lo que, si estamos trabajando la imagen a 16 bits, no debemos olvidarnos de pasarla a 8 bits por canal, mediante el menú Imagen ► Modo.
Decir que el tema de la impresión lo veremos de manera más detallada en el capítulo "Perfil de impresión".
Hagamos una pequeña síntesis sobre lo explicado aquí:
- Un modelo o mapa de color es el plano que describe todos los colores.
- Un espacio de color es un conjunto de colores determinado, que es capaz de ver o representar un dispositivo.
- Un perfil de color es un archivo informático que describe un espacio de color específico.